Entre ellos, el transporte por carretera sigue siendo a día de hoy el más utilizado. Por eso cada vez tienen mejor acogida los vehículos que cambian la gasolina o gasoil por electricidad. Entre ellos destacan los autobuses eléctricos.
La alternativa a los combustibles convencionales
Desde su creación los vehículos a motor han necesitado una fuente de suministro de combustible. Es la manera de inyectar al motor la energía que requiere para ponerse en funcionamiento.
La gasolina se convirtió entonces en el combustible estrella. Mediante su combustión los vehículos podían alcanzar una gran potencia. El caso del autobús no era distinto. Estos pesados vehículos lograban transportar a gran velocidad pasajeros de alrededor del mundo.
Posteriormente se empezaron a fabricar los motores de gasoil. Combustible que mediante su combustión ofrece un gran rendimiento a los vehículos. Muchos autobuses se pasaron al gasoil, obteniendo una gran eficiencia y satisfacción por parte de conductores y pasajeros.
Llegan los autobuses eléctricos
En los últimos años se ha dado un importante paso adelante. A los combustibles convencionales de gasolina y gasoil se añade ahora el autobús eléctrico. Vehículos capaces de funcionar utilizando como fuente de suministro de energía la electricidad.
Gasolina y gasoil resultan muy eficientes para el transporte, sin embargo tienen un importante inconveniente. Emiten gases contaminantes al medio ambiente. Por eso son fuentes de energía no sostenibles a largo plazo.
La capacidad del planeta para absorber contaminación es muy limitada, y los límites ya han sido sobrepasados. La calidad de nuestro aire se ha vuelto en muchas zonas directamente irrespirable. Los autobuses eléctricos son la solución a este tipo de transporte tan necesario.